Alrededor del día 21 tiene lugar el solsticio de junio, el día más largo del año en el hemisferio Norte, y el más corto en el hemisferio Sur. Para unos comienza el verano, mientras que para los otros, marca el inicio del invierno. Ambas cosas suponen un punto de inflexión en el calendario astronómico y motivo de celebración para muchas culturas.
Como consecuencia de esa inflexión, en el hemisferio norte, en las regiones más cercanas al círculo polar ártico tiene lugar un fenómeno natural único: las noches blancas.
Si acompaña el tiempo, el juego de colores en el cielo resulta mágico, para los que nos gusta la fotografía es el mejor momento de conocer una ciudad absolutamente abrumadora tanto por sus grandes dimensiones como por su riqueza monumental, solamente hay que colocarse en el centro de la Plaza del Palacio para darse cuenta de su grandeza, es como estar en la capital de Europa.
Cada 24 de junio la ciudad peruana de Cuzco celebra dicho festival en honor del dios del Sol. La ceremonia más importante congrega a más de quinientos actores, bailarines y músicos disfrazados como los antiguos incas y tiene lugar en la explanada de Sacsayhuaman, una fortaleza incaica a unos dos kilómetros de Cuzco. Es un acto lleno de misticismo y colorido, un viaje en el tiempo que recomendamos a todos los amantes de la arqueología y la historia.
Sin ninguna duda dos destinos de visita obligada.
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